Nuestra habitación debe ser el lugar más personal de nuestra casa, donde nuestros gustos se vean reflejados en el mobiliario y la decoración. En ella debemos nos sentimos cómodos y a nuestras anchas cuando queramos relajarnos o descansar. Es esencial diseñar el espacio para tu comodidad, o en el caso de una pareja equilibrar el gusto de ambos. Te brindamos algunas ideas prácticas para la decoración de un dormitorio.
Las combinaciones de colores funcionan bien en el dormitorio, sobre todo cuando se trata de mezclar las preferencias de una pareja. Colores vivos como el naranja, el amarillo o el rojo pueden utilizarse para destacar una pared o un accesorio y combinan mejor con muebles de líneas simples.
Los colores fríos como el gris, el azul y el blanco son apropiados para una atmósfera más sobria, clásica y elegante. Para un ambiente acogedor y luminoso, las mejores opciones son los blancos y cremas, con tonos desde el beige hasta el ámbar. Apuesta por tejidos con diferentes grados de las tonalidades que te gustan para la ropa de cama, cortinas y cojines.
Los muebles del dormitorio debes elegirlos por su utilidad además de por su belleza. Es el caso de la mesita de noche, donde van a parar nuestros objetos más personales: descarta los adornos voluminosos que reduzcan su superficie útil. Los estantes abiertos y las cómodas son aliados del orden y por tanto indispensables. Un banco–cajón delante de la cama te ayudará a ganar espacio de almacenaje. Una butaca mullida en la esquina y un secreter con una silla convierten la habitación en un refugio perfecto para trabajar o leer en privado.
Piensa cuidadosamente dónde situar la cama: ubicarla con las ventanas a los pies o al costado es ideal para disfrutar de la vista, pero siempre lejos de las corrientes de aire. Sustituye el típico cabecero por uno tapizado con tejidos de tu elección o introduce un acabado de texturas o fibras naturales para darle un estilo muy particular. Si quieres lograr un efecto armonioso, puedes combinarlo con cojines de diferentes telas.
Dejar pasar la luz natural. Las cortinas vaporosas, los tejidos ligeros y los tonos claros en las paredes y las alfombras, son algunos elementos sencillos que ayudan a iluminar bien el espacio. La claridad acentúa texturas y colores, además de alegrar la vida, así que déjala entrar al dormitorio; pero ten cuidado con los rayos directos del sol porque descoloran los tejidos y provocan reflejos incómodos en los espejos y otras superficies.
Planifica con antelación el lugar de cada dispositivo que tendrás en la habitación. Si necesitas conectar el televisor, el ordenador, un cargador, el reloj digital y otros implementos tecnológicos que uses, necesitarás superficies adecuadas donde no les de el sol directamente. También querrás enchufes suficientes para todos, que estén a la vista y no detrás de los muebles.
Una opción muy de moda para personalizar tu espacio son los vinilos, con cientos de modelos para escoger que proporcionan diseño y textura con muy poco esfuerzo. Otra idea son los estampados de flores grandes, perfectos para un detalle en un cojín o en las cortinas. Decora tus paredes con cuadros o fotografías que despierten tu interés y llenarás de energía la habitación.